martes, 27 de julio de 2010

La envidia, el deporte y los logros


Parece que en este país de envidiosos ganar es una de las peores cosas que puede hacer alguien. Ser el mejor en el trabajo o en el deporte (que para algunos es lo mismo) puede estar recompensado con miles y miles de críticas. Y todo, por uno de los deportes nacionales: la envidia.

La semana pasada la gente se echaba encima de Alberto Contador porque, según ellos, debía haber esperado a Andy Schleck cuando a éste se le salió la cadena de la bicicleta. Y yo, que tampoco conozco mucho este deporte, me preguntaba si eso era juego sucio. A mí, sinceramente no me lo parece. Contador simplemente aprovechó las circunstancias y prosiguió su ataque. Me pregunto a quién se le hubiera ocurrido bajarse de la bicicleta para esperar a su contrincante en la lucha por el Tour.

Pero la gente que no tiene otra cosa que hacer que practicar el otro deporte nacional (la crítica no constructiva) se relamió los labios el domingo cuando Fernando Alonso conseguía ganar el Gran Premio de Alemania tras adelantar a su compañero de equipo Felipe Massa. Esto dio paso a una avalancha de críticas: que si le había hecho el pasillo, que si Alonso sólo sabe ganar con malas artes, que si que malo es Alonso… y un largo etcétera de gilipolleces que seguramente vienen de gente que no ha ganado nada en su vida.

Para empezar, Alonso es un piloto que ha demostrado ser mejor que Massa. De hecho, ganó dos campeonatos del mundo, mientras que Massa aún no tiene nada en el bolsillo a pesar de llevar varios años en la que se considera la escudería insignia de la Fórmula 1. Si hablamos de este año, y teniendo en cuenta que llevan el mismo coche, Alonso ha demostrado contar con muchas más habilidades en la pista que el brasileño. Y otra muestra de ello son los 123 puntos conseguidos por Alonso en este Campeonato frente a los 85 de Massa. Pero aún hay más, en concreto en la carrera del otro día, Alonso era, efectivamente, más rápido que su compañero. Y las cosas se pueden hacer de muchas maneras. No era necesario que Felipe lo hiciera tan descarado, puesto que simplemente le estaban pidiendo que no le cerrara la puerta como lo había hecho en vueltas anteriores cuando el asturiano se le echó encima y Massa evitó el adelantamiento. A nadie se gusta ser el número 2, pero basta ya de hipocresía. El mundo de la Fórmula 1 siempre ha sido así, y los equipos siempre han apostado por uno de sus pilotos por encima del otro, que sirve de escudero fiel. Aunque claro está, que ese puesto también se lo ha ganado cada uno en su trayectoria, y Alonso se ha ganado por méritos propios ser el número 1 de cualquier equipo en el que se encuentre.

Y los españolitos que se dedican a criticar al piloto que nos ha hecho recuperar el interés por la Fórmula 1 o al ciclista que lleva tres años seguidos haciéndose con el Tour, deberían estar orgullosos de estar también entre los números 1 de estos deportes.

En tiempos en los que el deporte español está viviendo sus momentos más dulces y demostrando sus capacidades, es curioso ver cómo la simpatía o las antipatías que despiertan los deportistas hacen que la gente los defina como buenos o malos. No señores, somos los mejores del mundo en todos en lo que lo hemos demostrado: fútbol, tenis, ciclismo, motociclismo, Fórmula 1, baloncesto… a pesar de que a usted, éste o aquel le parezca un chulo, un creído o la mejor persona del mundo. Pero le guste o no, los logros se siguen midiendo por los resultados, no por la forma de ser de una persona, o peor aún, de si a usted le cae bien o mal. Y un consejo, si no le gusta un deporte o un deportista, no lo mire.

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